sábado, 13 de julio de 2013

Art Pepper a San Giovanni Licuti



                                                     





Por casualidad vuelvo, por casualidad hoy descubro que ya pasaron exactamente cuatro años desde que escribì por ùltima vez.
Y se preguntaràn: Què ha pasado en estos cuatro años ? A mi que me importa de tu vida? A la pucha como saliò el precio del azùcar en todo este tiempo!!!! etc , etc....
Por otro lado una serie de coincidencias (al mejor estilo Auster) me llevò a reescuchar un artista que me dejò boca abierta ya desde la primer vez cuando entrè al ritmo de "Four Brothers" por las calles de Manhattan.... Art Pepper....
Toda esta suerte de coincidencias, situaciones en las que nos desencadenamos de la realidad para dar un paso atràs y movernos en càmara lenta sobre muchos detalles olvidados.... trapos abandonados  sin entender verdaderamente porque decidimos de alejarnos... que tenìamos que encontrar màs allà de eso. Parece casi de enconrtarse en una "realtà non ordinaria" como deja en claro muchas veces Don Juan a Carlos Castaneda. Pasa el tiempo y cada vez evitamos màs el contacto con una realidad verdadera como durarera y que yace adentro de nosotros. Moverse en continuidad entre la pertenencia y el extrañamento sin poder lograr ningùn tipo de simbiosis. Y en ese entonces  uno solo se puede abandonar a las palabras de Jon Juan: "Tienes que seguir el camino que tiene un corazòn"...


                                           ART PEPPER: "Four Brothers"







lunes, 13 de julio de 2009

2:59


Acabo de regresar de New York. La isla Manhattan es como un inmenso cosmos que te absorve, y te hace ser parte de él, es increíble. De por sí esta ida fue distinta porque hace unos días vi por "X" vez "Manhattan" de Woody Allen, así que la sensación de ir avanzando por el Lincoln Tunel y luego bordear el Hudson para ver a la ciudad desde un lugar espectacular (una visión igual al comienzo en Manhattan, un enfoque de toda la ciudad, solo faltaban los fuegos artificiales y la Rapsodia in Blue de Gershwin) fue increíble.
Igual ahora no quiero abordar tanto el viaje a New York, sino en sí, a lo que estoy sumido ahora. Digamos, que uno se encuentra bajo un sentimiento dominado por lo mecanizado y lo cotidiano. Cómico, ahora que lo veo, con este breve texto quiero apuntar a todo lo contrario que escribí en el texto anterior, donde lo cotidiano, lo rítmico, el pulso constante asumido, nos lleva a veces a una tal automatización que nos hace olvidar de algunas cosas. Ahora bien, qué cosas podría uno preguntar. La verdad que no tengo ni la más pálida idea, pero se que son cosas que al menos al mi me hacen erizar, me hacen volver a sentirme vivo (y de hecho ahora sigo absorvido en esta cosa,y no tengo intenciones de salir por ahora), me hacen reducir mi vida, mi esencia, a nada. Y no hablo de la nada como una negación o ausencia de la vida de uno, sino que apunto más allá, que a pesar de lo tanto que uno puede mantener o definir como miles de sensaciones o recuerdos, esos mismos recuerdos se pueden ver reducidos a algo ínfimo, bajo el efecto de la "cosa".
Cómo se aparece ? Cómo uno puede descubrir si está bajo el efecto?. La verdad que no sabría decirle señora, se le puede aparecer de cualquier forma y aspecto, y depende de cada uno, así que ojo con el carnicero ese que siempre le separa la mejor carne pícada.
En mi caso comenzó con Goyeneche y"Afiches", luego un "Uppercup" con "Nada" por Julio Sosa, y ahora es una reverenda plancha al pecho, pero mal!!!! muy mal!!!!!
Hacía ya algunos meses que no escuchaba estas piezas, pero cuando empecé a escuchar esto, no podía ni puedo aún parar de erizarme, de sentirme esa nada al lado de esta pieza tan hermosa y que expresa tanta cosa, que encasillarla en algún sentimiento sería bastante boludo de mi parte.
Como decirlo, ya darle vueltas a esto no tiene mucho sentido. Cuando escuché la "Milonga del Ángel" de Astor Piazzolla, ya estaba erizado de recordar las últimas veces que la escuché, en esas largas noches de verano en el Kennedy. Pero cuando entra el solo de violín de Suárez Paz (Y mi dios!!! que acaba de comenzar el solo por octava vez!!!!!!!!!), es imposible no sentirse conmovido hasta las lágrimas (sí, lágrimas!) con este genial solo... Cómo intentar decirlo, creo que lo mejor es que lo escuchen ustedes mismos... solo quiero pedirles el favor de que si van a escucharlo, por favor, háganlo en total tranquilidad, sin apuro, y si pueden escucharlo mas de una vez mejor...

PD: el solo de Paz es desde el minuto 2:59 , y dura un minuto, obsérvese como se une la última nota del violín con el bandoneón de Astor, detalle musical perfecto.


domingo, 12 de julio de 2009

El mejor saque (no sake).


Soy un poco vago, tengo que admitirlo.Pero aún así a fuerza de pereza a veces hago cosas sorprendentes, para lo que soy yo, claro, quizás lo que hice hoy sea lo mas común para cualquier persona de mas de setenta años. Es más, exactamente de 90 años me gustaría decir, es que cuanta más edad, más tiempo se toma uno en las cosas cotidianas de la vida, al menos así lo he visto en mis abuelas y algunos personajes de la literatura.Traigo solo a dos a la mente (increíble, 10:00 am y estoy lúcido!!!), uno es el personaje de "Una novela China" de Cesar Aira, y, el otro, y por eso decir 90 años exactamente, el personaje principal de "Memoria de mis putas tristes" de García Márquez, que casualmente ayer ( más que casualidad digamos que me quedé sin libros nuevos que leer) comencé a leer por segunda vez.
A eso quería apuntar, al rito de lo cotidiano, encontrar en lo mecanizado de años y años lo sagrado, como un acto mágico, aunque sin dudas cada día debe de ser una década a los 90, al menos así dice el anciano de "Memoria de mis putas tristes".
Los domingos representan para mi un paréntesis, un paréntesis generalmente aburrido. No creo que sea un sentimiento actual, es un residuo de la infancia, obviamente, con el tiempo le encontré el gusto al domingo, cuando el día no me gana.
Cuando tenía entre 9 y 10 años, creo, tenía algo así como mi propio acto sagrado dominicano, digamos que había una relación entre la misa de las 8 de la mañana en la televisión y yo. Tanto a las personas que madrugaban el domingo para la misa en tele como yo, significa el mismo acto de fé, una sensación de consuelo en nuestras almas.
Así que generalmente algunos domingos, me levantaba temprano a las 8, costumbre escolar, tomaba mi raqueta de tennis (tenía dos , aunque no recuerdo si era la chueca la que usaba, ja) iba al patio a juntar piedras y luego subía al techo, entre la cocina y el almacén. Lo bueno de ese sector del techo era que nadie podía verme desde ahí, la única parte del techo hundida. Recuerdo que primero me gustaba ver la mañana en el Kennedy y observar como se veían las casas del barrio, que por vivir en la parte más alta del gran Kennedy, podía ver todas las casas desplegadas bajo una manta enorme de eucaliptos que parecían a la fuerza incrustados entre las casas. Ahora, pausa, reconozco que muchos de estos detalles son de carácter subjetivo (quién no perfecciona el recuerdo para darle algo de inmortalidad?).
Lo que siempre me causaba placer (siempre fui muy lacra de niño) era agarrar la raqueta y empezar a mandar las piedras más allá del espacio sideral, la piedrita salía despedida , como en cámara lenta y parecía por un momento perfecta, intocable, detenida en el aire (como en el golf). Luego de ese instante mágico, la piedra se perdía bruscamente en la manta del barrio y klhjsklfjñqlkfhsldshjnsldjwfdlj!!!!!!!!!!!! (expresión de ruidos distintos, que podían ser vidrios, techos de zinc, etc etc). No se por qué recuerdo esto, quizás en lo de hoy, en lo de ahora, se encuentre la idea principal, y no es el acto específico, sino los procedimientos en como suceden las cosas.
Hace un rato , mientras dormía en mi segunda ronda de sueño, la primera fue de las 9 de la noche a la 1 de la mañana, pensé en algo tan sencillo pero atractivo, luchar contra mi y levantarme temprano el domingo a desayunar. Lo que me causaba placer era el procedimiento que ya iba calculando: ducha, ponerme la bata, peinarme, ir a la cocina, hacer el desayuno, poner la mesa, agarrar el cuaderno, prender la radio de los 40´, desayunar y escribir esto. Parece cursi, aunque ya aclaré el aspecto ceremonial, y en todo caso, no es tan cursi en sí.
Lo mejor es el resultado, poder ver que todo fue perfecto, aunque solo una cosa podía estropearlo, y era la radio, no convenía mucho a la mañana una big band sonando a todo trapo. Pero por algo las cosas pasan. Prendo la tele/radio (lo único bueno de Directv aparte de deleitarnos con Guillermo de las noticias de telemundo canal 12, Uruguay!!!).
Cuando prendo el canal 801,comienza a cantar una voz melosa, tranquila, mas no me daba cuenta quien era. Cuando empieza la segunda estrofa y comienza la otra cantante, esbozo una sonrisa, porque reconocí enseguida esa calidez, Ella Fitzgerald.
Y así empezó toda esta cosa media rara, con una buena taza de cocoa , pan con manteca, y, Ella Fitzgerald con Ink Spots haciendo "I´m making believe"....

PD: Recién ahora me doy cuenta del título de la canción... cómico...

sábado, 11 de julio de 2009

Lord...

Después de mucho , mucho tiempo, encontré un poema que me gustaba desde que era niño.
Tithonus, de Tennyson.
Nada mas que decir... lo dejo a disposición...







Tithonus




 The woods decay, the woods decay and fall,
The vapors weep their burthen to the ground,
Man comes and tills the field and lies beneath,
And after many a summer dies the swan.
Me only cruel immortality
Consumes; I wither slowly in thine arms.
Here at the quiet limit of the world,
A white-haired shadow roaming like a dream
The ever-silent spaces of the East,
Far-folded mists, and gleaming halls of morn.
Alas! for this gray shadow, once a man--
So glorious in his beauty and thy choice,
Who madest him thy chosen, that he seemed
To his great heart none other than a God!
I asked thee, "Give me immortality."
Then didst thou grant mine asking with a smile,
Like wealthy men who care not how they give.
But thy strong Hours indignant worked their wills,
And beat me down and marred and wasted me,
And though they could not end me, left me maimed
To dwell in presence of immortal youth,
And all I was ashes. Can thy love,
Thy beauty, make amends, though even now,
Close over us, the silver star, thy guide,
Shines in those tremulous eyes that fill with tears,
To hear me? Let me go; take back thy gift.
Why should a man desire in any way
To vary from the kindly race of men,
Or pass beyond the goal of ordinance
Where all should pause, as is most meet for all?
A soft air fans the cloud apart; there comes
A glimpse of that dark world where I was born.
Once more the old mysterious glimmer steals
From thy pure brows, and from thy shoulders pure,
And bosom beating with a heart renewed.
Thy cheek begins to redden through the gloom,
Thy sweet eyes brighten slowly close to mine,
Ere yet they blind the stars, and the wild team
Which love thee, yearning for thy yoke, arise,
And shake the darkness from their loosened manes,
And beat the twilight into flakes of fire.
Lo! ever thus thou growest beautiful
In silence, then before thine answer given
Departest, and thy tears are on my cheek.
Why wilt thou ever scare me with thy tears,
And make me tremble lest a saying learnt,
In days far-off, on that dark earth be true?
"The Gods themselves cannot recall their gifts."
Ay me! ay me! with what another heart
In days far-off, and with what other eyes
I used to watch--if I be he that watched--
The lucid outline forming round thee; saw
The dim curls kindle into sunny rings;
Changed with thy mystic change, and felt my blood
Glow with the glow that slowly crimsoned all
Thy presence and thy portals, while I lay,
Mouth, forehead, eyelids, growing dewy-warm
With kisses balmier than half-opening buds
Of April, and could hear the lips that kissed
Whispering I knew not what of wild and sweet,
Like that strange song I heard Apollo sing,
While Ilion like a mist rose into towers.
Yet hold me not forever in thine East;

How can my nature longer mix with thine?
Coldly thy rose shadows bathe me, cold
Are all thy lights, and cold my wrinkled feet
Upon thy glimmering thresholds, when the steam
Floats up from those dim fields about the homes
Of happy men that have the power to die,
And grassy barrows of the happier dead.
Release me, and restore me to the ground.
Thou seest all things, thou wilt see my grave;
Thou wilt renew thy beauty morn by morn,
I earth in earth forget these empty courts,
And thee returning on thy silver wheels.

viernes, 26 de junio de 2009


Uf! Que bueno!!!! al fin encontre la excusa perfecta para volver a escribir, ya tenia un mareo de tantas cosas que me han pasado, asi que si tenia que contar algo, tenia que sin dudas hacer un retroceso a miles de cosas que me han pasado desde hace seis meses, y eso es algo que no tengo muchas ganas.
Pues bien, ya no estan mas esas noches en el Kennedy, ese aire a monte, eucalipto, el sonido de la moto del plancha, ni los gritos de mi vecino Manso hacia el perro amarillo de dos metros de diametro (?).
Suena I had to be you.
Fuera, los arboles del bosque se mecen, la lluvia cubre todo como una cortina,y los truenos hace que alguna ardilla corra buscando refugio. George , nuestro conejo salvaje, abandona su busqueda y vuelve a su cueva entre los arbustos. Yo sigo mirando por la ventana, intento fijar mi vista mas alla de los arboles, y encontrar las colinas entre todo ese verde, buscar otro verde mas oscuro , aglutinado en las afueras de Hampton.
Asi es la vida en Jersey, en el famoso Garden State. Asi como pasa todo esto aca, entre el bosque, la musica, las colinas, el aire que se percibe distinto, no puedo dejar de ignorar que hay algo mas alla que me inquieta, un gran murmullo que se agita...un lugar tan distinto a este , pero que sin embargo , respiran el mismo aire...
New York, New York...
Ayer pasaron en la tele un documental sobre New York City, especialmente sobre su parte mas hermosa, su isla Manhattan. Y es imposible ignorar ese aroma, esa esencia que se percibe mas alla de muchas cosas. Y cuando se escucha a Billie Holiday, o los simples pero hermosos fraseos de Chet Baker, es imposible no sentir una gran correspondencia de esa esencia. Es una fuerza que reclama y dice : Es mio...
En fin, vivir en Estados Unidos , y particularmente en la costa este,era algo que me estaba atrayendo hace mucho, como un agujero que me iba chupando,lentamente. Primero fue con Auster, luego con Faulkner y por ultimo con Carson McCullers. Casualmente ahora leo una novela de Junot Diaz, la breve y maravilla vida de Oscar Wao, que tiene como escenario principal New Jersey, muy cerca al lugar en donde vivo.
Digamos entonces que por culpa de la musica y la literatura, fui seducido y embriagado hasta aqui (que lindo es poner excusas).
Tengo ganas de mencionar algunos aspectos literarios (como diria mi amigo Sergio Elena) que me cautivaron :
Primero, El Palacio de la Luna de Paul Auster, mientras estaba en Central Park tomando cafe y comiendo donas en unos de los tantos bancos, no podia dejar de imaginarme a Marco Stanley Fog, sentado en ese mismo lugar, o durmiendo debajo de algun arbol, fue algo que me impacto mucho, sobre todo con lo hermosa que es esa novela.
Otra cosa increible, fue cruzar toda la costa este en omnibus, me falto poco para cruzarla de punta a punta. Por razones musicales, tuve que viajar desde New Jersey hasta Charleston, algo asi como unas 23 horas de viaje en omnibus, algo que yo llamo , un viaje. Esa experiencia me hizo acordar mucho a Carson, si bien no estaba en el Sur de Georgia , o Alabama, tuve la experiencia de hacer toda esa travesia que aparece plasmada en dos cuentos de McCullers, en donde en uno de ellos hay un judio que huia de New York , hacia los campos de algodon mas alla de Jacksonville.
Y por ultimo, la odisea de andar entre las colinas, las vias del tren, o cruzar un rio a pie, fueron momentos que me trajeron imagenes de Faulkner. Obviamente lo que resalto, no es la similitud, sino esa esencia que ya nombre, ese concepto que creamos en nuestras mentes...
Esas son algunas de las cosas que tenia ganas de resaltar, ya se me hace imposible querer retener todas las sensaciones para plasmarlas , y aparte es algo hasta cursi, asi que dejemos todo con la ultima sensacion que recuerdo.
Entrar por vez primera a Manhattan al ritmo de Four Brothers, interpretado por Art Pepper... hermoso tema de jazz....
Gracias a dios que lleve mi Mp3 y pude entrar con ese tema , sino hubiese sufrido las consecuencias de viajar con mi madre.... entrar a Manhattan al son de Pablo Estramin...
Ya dije que a veces esta bueno buscar esa esencia? y si, las cosas no vienen asi nomas, a veces hay que agarrar un pico y entrar a darle, hasta que aparezca...


PD: Aun no me avive de poner diccionario en espanol en esta computadora, asi que perdon por tildes y enies.... los otros aspectos gramaticales, van de regalo seniora...

lunes, 8 de diciembre de 2008

El rinoceronte en la noche...


Son las 2:03 de la mañana y comienzo mi peregrinaje hacia mi casa.
La casa de Diego queda a una distancia de unos 10 km de la mía, tengo la bici con la cadena partida, así que tenía dos opciones, o quedarme en la casa de Diego, o salir en impromptu a pie.
Pongo el octeto de Mendelssohn, cargo mi viola y mi bolso y me largo en la travesía...
La noche estaba perfecta, a pesar de ser de madrugada el calor ganaba con fuerza (sí, con fuerza pelado), la luna a medio llenar se recortaba entre un cielo nublado y estrellado por fragmentos.
Caminar escuchando el octeto es una de las cosas que más me gusta hacer, a pesar de haber estado todo el día al palo y al llegar la noche esté muerto, lo cierto es que cruzar una ciudad semi vacía , a pie y con Mendelssohn es más que gratificante.
Paso los primeros repechos de la casa de Diego...
Y de repente me encontré con el amor...
Es un poco raro de por sí explicarlo, porque la situación era una de las tantas comunes, situaciones que particularmente verlas no me demuestran mucho, así que digamos que yo me encontré con el amor por manera indirecta, como una cadena de cosas que se suceden...
Bajo el foco de luz en una esquina, dos adolescentes de unos 12 o 13 años estaban besándose desaforadamente , a sus lados dos niños de unos 9 o 10 años estaban saltando y mirando la escena a una distancia de menos de un metro. Ver eso me dejó pensando, ver a esos dos niños tan cerca indagando acerca de eso que hacían (y aclaro , no es que nunca lo hayan visto, pero el hecho de estar tan cerca y apreciarlo tan minuciosamente lo mostraba distinto) me llamó la atención.
Y ahí pensé: Eso es el amor.
Ahora, no me importa si vale la pena adentrarse en la situación, el hecho es que vi eso y fue lo primero que se me vino a la mente. La noche, el foco de luz, los enamorados y los dos niños que veían el rito, que profanaban de alguna manera el rito del amor.
Prosigo la caminata.
Llego a una zona de escuelas...
Saco un par de fotos...
Pongo el disco Atom Heart Mother de Pink Floyd...
Le saco una foto a un tronco que siempre me hace acordar a un rinoceronte...
Camino...
Camino...
Y después de una hora, llego a casa...
Ahora, faltaba algo para terminar este viaje...
Ah, sí!! como olvidarlo!..
Abro la heladera, me tomo medio litro de lactolate...
Y asunto resuelto.







sábado, 29 de noviembre de 2008

Mood Indigo


La verdad, no tengo la más pálida idea de como empezar esto. Me siento frente al teclado y mis ganas desvanecen, me dan ganas de estar tirado en mi cama y no hacer otra cosa que escuchar a Ella Fitzgerald cantando "Mood Indigo".
La tarde es pesada, de esos sábados en verano en donde no hay nada para hacer, parece que el mundo está vacío y te dejaron ahí, tirado en tu cama escuchando jazz. La tarde en el Kennedy se siente así, sólo algunos pájaros o el contrastante caño de escape de algún plancha discapacitado auditivo que anda en moto te sacan un poco del esquema. Fuera de eso vuelvo como sumido en un pensamiento bastante profundo (es más ahora tengo que escribir lo más fluído que pueda y sin meditar mucho acerca de las palabras escritas, es que supongo que si paro aunque sea un segundo, borraré todo, como la acabo de hacer ya unas diez veces), es que ya se viene el fin de año, en sí la fecha para mi no influye, digamos que lo que me preocupa siempre evaluar es un tema más de carácter cíclico.
¿Qué hice en todos estos meses?. es lo que me pregunto siempre, y luego: ¿Valió la pena?. digamos que es una especie de auto evaluación a ver si me rasqué o hice aunque sea algo productivo.
A su vez lo veo distinto de otras veces, porque este es mi último año en Uruguay (sí , el último), entonces todo es distinto , todo se proyecta de una manera específica para un único objetivo: Mi ida a Estados Unidos. también me da cosa decir esto en mi blog, pero llegué a la conclusión que a esta basura nomás la leen dos personas , y que las conozco , entonces no me alfige mucho a esta altura.
Bien, encima hace unas semana que estoy sumergido leyendo a Carson McCullers, me tiene muy obsesionado. La manera en que crea ciertos climas, ciertas historias que transcurren ya en New York, o ya en un judío que se desplaza en tren hacia el Sur, mientras atraviesa los grandes campos de algodón típicos del Sureste. cada vez que leo esos cuentos de Carson me siento muy raro. Siento una transmutación, por momentos soy ese judío que escapa de todo para buscar "algo" más allá, para abrirse hacia una suerte de incertidumbres... O a veces ese muchacho que escapa de su casa, sin saber por qué lo hace, y ya se lo ve retratado en algún pueblo sin nombre, esperando el tren que sale al amanecer...
Lo cierto, es que siento una gran identificación y una gran atracción, ganas de largarme a la nada, a ver que pasa, hacer un quiebre brusco (como una plancha al pecho) y empezar todo de cero.
Ahora por ser sábado, por ser como es la tarde ahora, no me queda mucho por hacer además de seguir pensando en todas estas cosas, quizás deba meterme de nuevo en el pequeño mundo de Carson y ser por momentos algún personaje.... o quizás... o quizás vaya a saber uno que diablos más te pueda pasar por escuchar Jazz un sábado de tarde como hoy....